EL PODER DEL PERRO - Don Winslow


Si algo caracteriza a Don Winslow (Nueva York, 1953) es el don de contar historias.

Y no historias corrientes, al uso, sino historias de verdad.

En El poder del perro nos cuenta el ascenso de Adán Barrera. Son años convulsos en México. Años en los que los cárteles de la droga aún no estaban formados.

Pero años en que nacerían los grandes cárteles.

Seremos partícipes de guerras intestinas en la sierra sinaloense, de torturas, confesiones a medias, prostitución, odios, rencores, bombas, mutilaciones y grandes cantidades de opio. Todo ello acompañado de ingentes dosis de sexo, armas y una banda de irlandeses con muy malas pulgas. Conoceremos a Art Keller, un agente de la DEA que luchará contra el nuevo jefe de jefes: Adán Barrera.

Y seremos testigos privilegiados de la corrupción que hay en todo esto.

Porque nadie es indiferente a tanto dinero.

Ni a tanto poder.

El prólogo del libro es digno de enmarcar. Parece sacado de un guion de Tarantino. Es de esos comienzos que te dejan helado pero que te incitan a leer para saber qué hicieron las víctimas para que acabaran de aquella manera.

Porque fueron deshumanizados por seres humanos deshumanizados.

La trama es ágil, impecable y dolorosamente dolosa.

Está hecha a consciencia.

Para que remueva y conmueva.

Para que marque.

Y eso es precisamente lo que consigue.

Cuando termines de leer El poder del perro no serás la misma persona, te lo aseguro.

Conoceremos el mundo de los submundos, la vida oscura y clandestina de los prostíbulos, de las investigaciones hechas de aquella manera, de cómo una multinacional consigue llevar sus tentáculos más allá de lo imaginable. Sicarios psicóticos, mujeres despampanantes, dinero a raudales... Don Winslow es un mago en esto de contar historias.

Es el puto padrino.

Vais a querer al autor de este libro más que a vuestra santa madre.

Porque tras leerlo naceréis de nuevo, solo que un poco más felices y con una historia en el cerebro que es mejor que un arponazo de heroína.

No os exagero.

Probadlo.

La cubierta del libro no engaña.

Ian Rankin no engaña.

Yo, no engaño.

Don Winslow, no engaña.

Por algo dicen que es la mejor novela de narcotráfico de todos los tiempos.

Seguro que a más de uno el personaje de Adán Barrera le resulta familiar. Y no es para menos. Todo lo que cuenta -o la mayoría, mejor dicho, para no ser pretencioso- es real.

Lo ha sido.

El mundo del narco es así: desalmado, cruel y sangriento.

Hay escenas del libro que parecen sacadas de Tarantino, como ya os dije. La escena del puente, o la de la mujer del Güero Méndez, simplemente son...

Bestiales.

Y cómo no, me enamoré de Nora Hayden.

Como para no hacerlo.

El libro lo encontré una tarde cualquiera en una estantería cualquiera de un centro comercial cualquiera.

Y cualquiera diría que se iba a convertir en uno de los mejores que he leído.

O el mejor.

Las cosas inesperadas son las mejores. Y este libro es una de ellas.

En El poder del perro no se libran ni los curas. Por mucho que recen, por muchas misas que hagan...

No se libran.

Y qué contaros de Jesús Malverde o la Santa Muerte. Si creéis que lo sabéis todo en la vida, que pocas cosas os van a retorcer el corazón y el hígado, es que no habéis leído este puñetero libro.

Ojo, que si las expectativas os la estoy poniendo altas, más altas van a ser las alturas cuando os decidáis a darle una oportunidad.

Y bueno, cuando veáis un cartón de leche no acordaros de...

Este libro es para leerlo y que os haga daño. Es un libro para perderlo todo.

Incluso la dignidad.

Es uno de esos libros que releerías una y mil veces en tu vida, porque Don Winslow no vendió los ejemplares que vendió porque tiene una flor en el culo.

Los títulos de los libros hablan por sí mismos.

Este es uno de ellos.

Tiene una mezcla de Reservoir dogs y Scarface. Es ácida, brillante y lúcida. Un flechazo directo a la tráquea. Es una descripción detallada del infierno en la Tierra.

Tiene mérito lo que hizo el autor.

Moverse en ese mundo para luego plasmarlo en el papel, es algo que siempre le estaré agradecido.

Este libro necesita su tiempo, como las buenas cervezas, que necesitan reposo.

Pero merece la pena.

El poder del perro abre heridas pero te las cicatriza, te hace daño pero te alivia; te rebota y te enfurece pero te calma.

Es como todo en la vida.

Igual que los grandes árboles necesitan años para echar raíces profundas y crecer altos, los libros bien escritos necesitan tiempo y serenidad para ser leídos.

Pero una vez que estéis dentro, que Dios os coja confesados.

Os dará un buen golpe de NOCAUT.

Leedlo.

Que este libro muerde.

Y no hay otro mejor para empezar el año.



Título original: The power of the Dog
Título: El poder del perro 
Autor: Don Winslow
Traducción: Eduardo G. Murillo 
Editorial: Harper Collins
Páginas: 752
Fecha de publicación: abril 2021


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